La vivienda se concibe como una estructura en forma de cúpula cóncava, una pieza arquitectónica que mezcla los materiales originales adaptados a la nueva estética modernista propuesta en este proyecto. La forma curva envuelve a los visitantes en una experiencia inmersiva en la cual se conceptualiza la apertura de la totalidad de sus estancias, dotando al ambiente de una doble amplitud visual.

El acceso al exterior se conecta a través de dos amplios ventanales curvados con sistema de apertura pivotante para dejar entrar la apreciada luz natural.

Esta luz, al filtrarse por las superficies, realza los contrastes entre los blancos rotos y los negros profundos, creando una atmósfera minimalista y equilibrada.

La paleta de color explora la escala completa de blancos rotos y negros en distintas texturas: el blanco roto aparece en muros de hormigón pulido, revestimiento pétreos recuperados y nuevos paramentos que reflejan suavemente la luz, mientras que el negro se presenta en materiales como madera carbonizada, metal y piedra. Los muebles son minimalistas y se sitúan estratégicamente, siguiendo las curvas de la estructura y generando puntos de interacción entre ambos tonos.

Este juego de luces y sombras se vuelve más dramático en las horas crepusculares, cuando los focos de luz indirecta resaltan las superficies en negro con reflejos metálicos, dando la sensación de que los espacios blancos y oscuros se funden en un mismo volumen.

Un contraste cromático donde el vacío es sombra y la luz, silencio.

Project Management & Design: J. David M. Jofre
Copyright fotografía: Estudi 97

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